jueves, 21 de mayo de 2009

meneses rivera juan carlos

linguistica

es el estudio científico tanto de la estructura de las lenguas naturales como del conocimiento que los hablantes poseen de ellas.f. Estudio científico del lenguaje. En general, y en Europa, se suele considerar a F. de Saussure como el padre de esta disciplina. Fue el primero que se preocupó por su carácter científico y por la definición precisa de su objeto de estudio, y por dotarla de rigor científico y autonomía, utilizando el método analítico inductivo: observación de los hechos antes de formular una hipótesis que después se comprueba con la experimentación. Son herederos del estructuralismo la glosemática y el Círculo Lingüístico de Praga. El estructuralismo americano, influenciado por el conductismo, fructificó en el método distribucional para la determinación de las clases gramaticales de una lengua. El estructuralismo permitió una descripción exhaustiva de las lenguas, en sus aspectos más formales. En los últimos años, estos criterios y preocupaciones han cambiado, sobre todo con el desarrollo de la gramática generativa y transformacional. Esta gramática, partiendo del método «deductivo», aspira a explicar el cómo y el porqué del aparato lingüístico y de sus manifestaciones en actuaciones de habla concretas. Postula que la gramática de una lengua ha de ser exhaustiva en su aplicación de la creatividad lingüística de los hablantes

Lingüística moderna

La lingüística moderna tiene su comienzo en el siglo XIX con las actividades de los conocidos como neogramáticos, que, gracias al descubrimiento del sánscrito, pudieron comparar las lenguas y reconstruir una supuesta lengua original, el protoindoeuropeo (que no es una lengua real, sino una reconstrucción teórica).
No será, sin embargo, hasta la publicación póstuma del libro Curso de lingüística general (1916), del suizo
Ferdinand de Saussure, que se convierte la lingüística en una ciencia integrada en una disciplina más amplia, la semiología, que a su vez forma parte de la psicología social, y defina su objeto de estudio. La distinción entre lengua (el sistema) y habla (el uso) y la definición de signo lingüístico (significado y significante) han sido fundamentales para el desarrollo posterior de la nueva ciencia. Sin embargo, su perspectiva —conocida como estructuralista y que podemos calificar, por oposición a corrientes posteriores, como de corte empirista— será puesta en cuestión en el momento en que ya había dado la mayor parte de sus frutos y por lo tanto sus limitaciones quedaban más de relieve.
En el siglo XX el lingüista estadounidense
Noam Chomsky crea la corriente conocida como generativismo. Con la idea de solventar las limitaciones explicativas de la perspectiva estructuralista, se produce un desplazamiento del centro de atención que pasa de ser la lengua como sistema (la langue saussuriana) a la lengua como proceso de la mente del hablante, la capacidad innata (genética) para adquirir y usar una lengua, la competencia. Toda propuesta de modelo lingüístico debe pues —según la escuela generativista— adecuarse al problema global del estudio de la mente humana, lo que lleva a buscar siempre el realismo mental de lo que se propone; por eso al generativismo se le ha descrito como una escuela mentalista o racionalista.
Tanto la escuela chomskiana como la saussureana se plantean como objetivo la descripción y explicación de la lengua como un sistema autónomo, aislado. Chocan así —ambas por igual— con una escuela que toma fuerza a finales del siglo XX y que es conocida como funcionalista. Por oposición a ella, las escuelas tradicionales chomskiana y saussuriana reciben conjuntamente el nombre de formalistas. Los autores funcionalistas —algunos de los cuales proceden de la antropología o la sociología— consideran que el lenguaje no puede ser estudiado de forma autónoma descartando el "uso" del lenguaje. La figura más relevante dentro de esta corriente tal vez sea el lingüísta holandés
Simon Dik, autor del libro Functional Grammar. Esta posición funcionalista acerca la lingüística al ámbito de lo social, dando importancia a la pragmática, al cambio y a la variación lingüística.
La escuela generativista y la funcionalista han configurado el panorama de la lingüística actual: de ellas y de sus mezclas arrancan prácticamente todas las corrientes de la lingüística contemporánea. Tanto el generativismo como el funcionalismo persiguen explicar la naturaleza del lenguaje, no sólo la descripción de las estructuras lingüísticas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario